sábado, 28 de septiembre de 2013

Para Ella…

(Encontré este escrito en un libro, y quiero compartirlo, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). 


Para Ella…
(Anónimo)

                Han pasado varios días desde que pienso en ella tan cotidianamente. Se ha convertido en una actividad neuronal indispensable en mi sistema, la cual me alegro de tener.

                Hasta hace poco, mi pensamiento me decía que no quería involucrarme en relaciones más allá de la amistad, sin embargo, lo sentimientos son tan inexplicables, que llegan cuando menos quieres que suceda, o cuando menos estás disponible para atenderlos.

                Dudé en si debía escribir esto o no. ¿Por qué?, Porque puede que como en otras ocasiones sea demasiado pronto para decir lo que tengo que decir.  Lo escribí porque me ganó ese sentimiento de cariño tan humano y necesario que en ocasiones logro sentir por alguien que va más allá de mi familia y amigos.

                Ella, la persona por la que redacto esto, ha logrado meterse profundamente en mi mente. Ha logrado detener mi vivir y hacer acto de presencia. Para muchos es una persona más en el mundo; Para mí, es el mundo personificado, tanto así lo creo, que me encanta pasar tiempo con ella, riendo, conversando, peleando, imaginando.

                Me gusta de ella, ese súper poder tan único, que hace que aunque estemos caminando bajo la lluvia y los vientos de un huracán (casi literalmente), para nosotros sea como una llovizna ocasional.



                Me gusta de ella, que en su piel, veo un lienzo y ahí mismo, plasmada un ave entre otras imágenes, donde a pesar de no tener el permiso, ni mucho menos la capacidad para pintar en él, expresa la libertad que se le ha dado como persona, como una buena persona.

                Me gusta de ella, que cuando la abrazo, el primer sentir que viene a mi mente es la honestidad. Un abrazo honesto puede callar mil bocas que desconfían, no desconfío de nada sobre ella, pero me alegra sentir el cariño, el valor y sobre todo el calor en cada uno de sus abrazos.

                Me gustan de ella, mil y una de sus virtudes, pero lo que más me fascina de ella, es que, cuando le digo te quiero, todo el nerviosismo del mundo cae en mí, porque es tan importante para mí su respuesta, su reacción, pero sobre todo, es importante, si me responderá lo mismo.

                Ella, una persona discreta, se puede pensar todo de ella, sin embargo, al tener el honor de conocerla, solo hay un par de palabras que la definen, y esas palabras, las tengo dentro de mi corazón y solo ella podrá escucharlas…

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